Una avería muy frecuente que suele producirse en las calderas tiene que ver con la presión de las misma, que generalmente no permanece constante, poniendo en riesgo el correcto funcionamiento de la misma.
La presión de una caldera puede subir o bajar. Hoy nos vamos a centrar en la segunda, que provoca que la presión en una caldera descienda sin motivo aparente.
Si detecta que su caldera no mantiene la presión fija, ha de controlar periódicamente el manómetro de la misma para poder medirla.
Lo primero que se debe observar si esta bajada de presión sucede cuando la caldera esta en funcionamiento o si sucede también en momentos en los que permanece apagada.
Si le sucede habitualmente, independientemente de que este encendida o apagada, la avería seguramente radique en que la caldera tenga alguna fuga puntual y hay que revisar la caldera para encontrar dicha fuga.
Si esta avería solo se detecta en el momento en que la caldera este en funcionamiento, el problema lo tendremos en el vaso de expansión que podemos encontrar (generalmente dependiendo de la caldera que sea) en la parte posterior de la caldera.
Para asegurarnos que es este el causante del problema, deberemos accionar la válvula del vaso de expansión para ver si sale agua, en cual caso, deberemos revisarlo y proceder a su cambio en el caso de que se determine que existe un defecto en el mismo.
Como siempre aconsejamos encarecidamente que NUNCA se manipule una caldera por manos inexpertas ya que su incorrecta manipulación puede ocasionar problemas mucho mas graves al aparato o incluso poner en peligro la integridad de su hogar.
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